La fiebre de la bici
Más del 95% de los españoles considera que en los núcleos urbanos hacen falta más espacios adecuados para moverse sobre dos ruedas
La fiebre de la bicicleta está llegando por fin a España. Madrid (ciudad en la que por cierto la presentación del primer aparcamiento municipal para bicicletas no es hasta septiembre de 2007) acaba prácticamente de re-anunciar esta semana su Plan de Movilidad Ciclista por el cual los madrileños contarán con 575 kilómetros de carriles bici para 2016. También para ese horizonte los ciclistas contarán con 8.000 plazas de aparcabicis.
Asimismo, San Sebastián quiere añadir a lo largo de este año otros 25 kilómetros a sus actuales carriles bici. Y Murcia también ha anunciado que quiere crear 12,5 kilómetros de carril bici con el objetivo de ampliar así los actuales 86 kilómetros de vías ciclables del municipio. Y estos son sólo algunos ejemplos.
San Sebastián, Sevilla y Barcelona son consideradas por los expertos las ciudades españolas que más apuestan por este medio de movilidad, alejadas eso sí de otras como Copenhague o Londres. Pero el número de kilómetros de carril bici no quiere decir que una ciudad sea cómoda para trasladarse sobre dos ruedas, ya que en muchos casos estas vías no unen más que un par de calles. Es el caso en Madrid de los carriles bici de Goya, por ejemplo. ¿Ir hasta allí desde Ménendez Pelayo, puede ser toda una odisea y eso que no dista mucho un lugar de otro. También sucede esto mismo con la zona de Telémaco. Un carril bici que comienza y acaba prácticamente al instante, aunque al menos en este caso la pintura roja está aún reciente.En otros casos se trata de anillos ciclistas en las afueras de los cascos urbanos. Muy positivos para hacer deporte, pero no tanto si lo que uno pretende es que los ciudadanos vayan a su trabajo, mejore los niveles de contaminación, etcétera.
Rarezas legales
Es decir, todavía queda muchas cosas por mejorar, pero lo cierto es que, aunque sea lentamente, se van haciendo. Por ejemplo, hasta hace relativamente poco tiempo llevar un niño en un remolque, práctica muy extendida en el centro y norte de Europa, estaba prohibido en una ciudad como Barcelona o San Sebastián. El motivo, como explica Esther Anaya, de la Asesoría de Infraestructuras y Mobilidad (AIM), es que en España la legislación actual «prohíbe que las bicis lleven un remolque que pese la mitad del peso de la bici, aunque deja a los municipios la potestad para regularlo, de modo que ahora ciudades como las anteriormente descritas que no podían ahora sí lo permiten».
Algo que aunque va mejorando dista de ciudades como «Copenhague donde existen incluso aparcamientos específicos para estas bicis con remolque». Allí, por cierto, muchos son los que aparcan el remolque al lado del comercio y hacen la compra dejando a su hijo en la cesta. Lo malo o lo bueno es que si les preguntas que si no temen que alguien se lleve al niño te dicen que y ¿para qué alguien se lo iba a llevar?
Volviendo al tema, no sólo es importante su regulación también lo es «adaptar los carriles bicis, hacerlos más anchos», precisa Anaya. Y para todos aquellos que aún no lo vean claro: «es más seguro llevar al niño en el remolque que en la bici, porque están preparados para no volcar en caso de que este suceso se produzca al estar articulado», añade Anaya.
Otro asunto es el de poder ir con la bicicleta en tren. Hace unas semanas salió en la prensa gallega que unos ciudadanos habían protestado por no poder subirse al tren con la bicicleta. Lo cierto es que «sólo se permite en los trenes regionales, y no siempre cuentan con un espacio exclusivo para ellas. En Cataluña, por ejemplo, se permite en los ferrocarriles transportar bicicletas todos los días de la semana y a cualquier hora», explican desde la Fundación ECA Bureau Veritas.
Respecto al «bicing», ya hay al menos 37 sistemas de alquiler de bicicletas en España, añaden las mismas fuentes. Algeciras, Alcalá de Henares, Barcelona, Brugos, Ferrol, Gijón, Pamplona, Sevilla, Vitoria, Zaragoza, etcétera. Ahora bien, no en muchos enclaves el sistema de alquiler de bicicletas es tan contundente como el de París, donde si uno quiere puede o bien pagar por este servicio o bien cogerla y antes de que pase la hora dejarla y coger otra.
Qué queda por hacer
«Todos los ayuntamientos en general se han puesto a trabajar con el fin de fomentar el uso de la bicicleta. Pero aún quedan cosas por hacer. A nivel municipal, se deberían hacer planes ciclables con el fin de fijar unas mestas respecto al incremento uso de la bicicleta, aparcamientos… A nivel autonómico, las regiones deberían hacer planes estratégicos de la bicicleta. Léase, decir y dotar de una inversión suficiente para hacer vías ciclistas urbanas e interurbanas. Y a nivel estatal falta una coordinación interministerial para el desarrollo de la bici. En Francia por ejemplo lo hay», explica Xavier Corominas, director de la Fundación ECA Bureau Veritas y coordinador de la Mesa de la Bicicleta de Cataluña. Corominas añade que es necesario que en «los planes urbarnísticos existan o al menos se proyecten vías ciclistas y carriles bici».
La fiebre de la bicicleta está aquí. Los desplazamientos cortos se hacen más rápido en bici que en coche, ir en bici mejora la salud de los usuarios, al disminuir las probabilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares y obesidad, disminuye la contaminación ambiental, ocupa menos espacio en la vía pública, y un largo etcétera. Hoy y mañana, mejor en bici (o en patines si arreglan el suelo).
Fuente: La Razón