La bici sustituye al coche para 13.700 usuarios al día
Medio Ambiente calcula un recorte del 2,5%en emisiones de CO2 y un 7% de ahorro energético.
Unas 13.700 personas sustituyen diariamente la bici por el coche, se realizan más desplazamientos en la ciudad en bicicleta o a pie que en un vehículo privado y hay unas 53.000 que usan durante cada jornada laboral este medio de transporte, que ha recortado hasta un 2,5% las emisiones de CO2. Éste es parte del balance con el que Sevilla encara el congreso mundial de la bicicleta urbana, Velo-City, que se celebra esta semana en la ciudad y que tiene como objetivo consolidar un fenómeno que ha experimentado un crecimiento de casi un 12% al año entre 2007 y 2009.
En 2006 Sevilla contaba con 12 kilómetros de carriles bici y el impacto de este medio de transporte en el reparto modal de la movilidad era prácticamente nulo. De los desplazamientos que se realizaban en la ciudad el 36,5% se producían a pie, el 36,3% en coche y el 19,5% en transporte público. El resto de medios, incluida la bici, apenas llegaban al 8%. En cuatro años, la movilidad se ha transformado. Aunque el último informe elaborado sea de 2010, marca la tendencia de los últimos meses: los desplazamientos urbanos en bici y a pie pueden alcanzar el 44%, mientras que el coche ha perdido peso en favor de otros medios hasta quedarse en un 32% de los usos. “El objetivo es claro: que aumenten los desplazamientos por la ciudad realizados de modo sostenible. Sea a pie, en bici o a través del transporte público. Queremos restarle espacio al coche privado”, explica José Antonio Salido, coordinador de las políticas de bicicleta de IU.
José García Cebrián estuvo en el inicio del proceso, como coordinador del plan director de la bicicleta. Ahora, mira hacia atrás, y valora lo conseguido: “Tenemos un 7% del reparto de la cuota modal, lo que supone que son miles de sevillanos los que han dejado el coche y han optado por la bicicleta como medio de transporte saludable”. Tanto él como el presidente de A Contramano Ricardo Marqués señalan el número de kilómetros y el trazado de los carriles bici como el elemento clave de este desarrollo. Si en 2006 había 12 kilómetros de carriles bici -entonces, como recuerda Cebrián, inconexos y deslabazados-, en estos momentos la oficina de la bicicleta tiene contabilizados 127. Ése es, como matizan desde Infraestructuras para la Sostenibilidad, el registro oficial.
Pero en realidad son muchos más. No se incluyen ni las vías de carácter metropolitano, ni las rutas incluidas dentro de los parques, ni trazados como el que conecta el Alamillo con Plaza de Armas, de cinco kilómetros. En total, la estimación es que en la ciudad se rebasan los 160 kilómetros de red de carriles bici. El efecto no son sólo los datos, los casi 53.000 usuarios que se contabilizaban en 2010, sino cuestiones menos cuantificables. “Cuando empezamos, era impensable que niños y jóvenes circularan en bici, sin los padres. Y lo usaran como medio de transporte por la ciudad. Ahora todos lo vemos, es muy habitual”, señala Cebrián, quien quiere reflejar con esa imagen que el modelo tiene margen de crecimiento y de consolidación con los años.
El efecto de la bicicleta en el reparto de la movilidad queda en evidencia en el estudio elaborado en 2010 por la oficina de la bicicleta, y que está pendiente aún de tener continuidad con otro informe similar. El 27% de los usuarios de un día laborable medio -en torno a 14.250- habrían optado por ir a pie en caso de no disponer de la bici; el 37% hubieran escogido el autobús -unos 19.500 como señalaba recientemente la dirección de Tussam para justificar otra caída de un millón de viajeros en los autobuses-. Por último, el dato más significativo: un 26%, en torno a 13.700 personas, se hubieran desplazado en coche. Son datos además previos a las restricciones del Centro o a la última ampliación de la red.
El impacto no sólo implica una transformación de la movilidad, sino también una contribución a la sostenibilidad. A finales de 2010, la Delegación de Medio Ambiente, que dirige Encarnación Martínez (PSOE), elaboró el plan de acción de energía sostenible, un documento que establece las líneas maestras para reducir la contaminación y el gasto energético. En este documento se realiza una primera estimación de la contribución de los 30 millones de inversión en la construcción de carriles bici más el dinero destinado a mantenimiento y promoción de este medio: en total se han reducido en 62.833 toneladas las emisiones de CO2. En torno a un 2,5% respecto al total que se produce en la ciudad y casi un 4,6% respecto a las emisiones que generaba la movilidad en 2007.
En cuanto al ahorro energético, el estudio toma como magnitud los kilovatios por hora. Y, según este estudio, se conseguiría un ahorro de 246.406 kwh, lo que representa un 7% menos de los datos registrados en 2007. Este mismo estudio prevé un incremento de estos datos si se lleva a cabo la anunciada ampliación de la red de carriles bici en los próximos cuatro años.
Fuente: El Correo de Andalucía