“Pasar de la bici pública a la privada es ir por buen camino”
El responsable de políticas de la bicicleta en Infraestructuras para la Sostenibilidad no considera una subida la nueva tarifa de Sevici, sino una "normalización". Salido fija su horizonte de sostenibilidad en la bici privada.
-Parece que la gente se está acostumbrando a usar la bicicleta.
-El último informe ha venido a corroborar lo que todo el mundo percibe pero que científicamente no se había medido con precisión. Los puntos de conteo nos han dado una cifra de 68.261 desplazamientos; cada vez que pasa una bici es un clic. Hay muchos más que habrán pasado por otros lugares que no se han contado. Esto demuestra que la extensión de la bicicleta en Sevilla es ya un hecho irreversible y demostrado.
-Con esas estadísticas, ¿no es muy arriesgado subir un 150% los abonos de Sevici?
-El problema es que se diga de forma desnuda que hemos subido de diez a 25 euros. Ese no era su precio, sino el precio de lanzamiento, el que buscaba que la gente que quisiera probar Sevici, no fuera por el precio por lo que no lo probara. Diez euros al año era evidente que no era un precio que soportara el sistema de una empresa que contaba ya con casi 60 personas, que tiene que mantener un parque de bicicletas muy grande, y en unas condiciones en las que la publicidad se ha hundido. No es una subida, es normalizar lo que debería ser su precio pasada la fase de promoción.
-¿Por qué 25, y no 30 o 15?
-Forma parte de la negociación. En el equilibrio del contrato se busca que los ingresos por publicidad, que es su principal fuente de financiación, siempre estén complementados con los de la bicicleta. Nosotros hemos buscado en todo momento el interés de los usuarios. La empresa, que tiene un interés legítimo, pero contrapuesto, buscaba el mayor beneficio posible.
-Entonces, si la publicidad mejora, ¿se equilibraría a la baja el precio de Sevici?
-No. No sé durante cuánto tiempo va a estar a 25 euros. Por nosotros, todo el tiempo. Si la empresa no lo plantea, eso será señal de que la publicidad financia mejor el sistema.
-Posiblemente haya quien se dé de baja y se pase a la bici privada. ¿Logro, o fracaso?
-Es positivo. Estamos promocionando la bicicleta, el fracaso sería que se fueran al coche. Pero si se van de la bicicleta pública a la privada, estamos por el buen camino. La bicicleta privada es el horizonte al que debemos llegar todos, y la bicicleta pública un complemento. El que crea que la bicicleta pública es la solución probablemente se encuentre con muchas frustraciones. El sistema público es un complemento que conducirá a la bicicleta privada.
-Reconocen que los objetivos eran más amplios. ¿Qué se ha quedado fuera?
-Cuando nos planteamos la estrategia de negociación, la empresa venía a hablar de tarifas y nosotros dijimos que después, que primero habláramos de otras cosas. Era lo que poníamos por delante, lo que nos pedían los usuarios: una mejora en la atención del call center, una oficina presencial, un seguro por seis euros voluntario o que el taller trabaje los fines de semana, y lo hemos conseguido. Evidentemente, hubiéramos querido que la ampliación fuera mayor. Pero la bicicleta tiene que crecer como uvas en un racimo: al lado de una estación tiene que haber otra estación. No puede haber uvas sueltas, porque generaríamos más que una expectativa, una frustración. El sistema está equilibrado, pero en cualquier momento se puede plantear que necesitamos más estaciones.
-A primeros de mes, el Ayuntamiento recurrió otra sentencia del TSJA contra la ordenanza de peatones y ciclistas. ¿Cuál es el siguiente paso?
-No nos corresponde a nosotros darlo, pero estamos corrigiendo algunas cosas que la propia sentencia demanda, como mejorar la señalización donde coinciden el peatón y el ciclista. Esta primera sentencia no iba referida ni siquiera a la bicicleta, sino al cierre al coche privado por el que algunas empresas que explotan garajes, lógicamente, se vieron resentidas. Es verdad que la norma pide una necesaria convivencia entre el peatón y el ciclista. Las leyes suelen ir detrás de la realidad. Esa convivencia es un proceso natural, que se va poco a poco consolidando, supera las sentencias y supera las leyes.
-¿En qué consisten las modificaciones?
-No está decidido. Van en la línea de cierta señalética que había que abordar, y de ciertos itinerarios que tendrían que estar marcados en esa dirección. Ya se están empezando a poner las tachuelas entre la calle San Fernando y la Puerta de Jerez, muy armonizadas con el entorno. Los aparcamientos también, que estén bien señalizados. Todo eso favorece, probablemente, la modificación de la ordenanza.
-La calle San Fernando, Avenida de la Constitución, la Alameda y ¿qué más?
-No, la Alameda no. Pensamos que la Alameda tiene un desenvolvimiento muy natural y nadie nos ha expresado ninguna angustia. La Alameda es un espacio de mucha actividad y además muy sensible a cualquier modificación.
-En fiestas como esta Semana Santa se veta la bici en el Centro, ¿qué se puede hacer en estos casos?
-Por supuesto respetar la señalética. Se puede acudir con la bicicleta a los entornos, pero que no penetrar en zonas donde esté masificado. Por tanto: sí al uso de la bicicleta, pero que se respeten las señales. Estoy seguro de que esto los ciclistas lo están haciendo.
-Con tantos enemigos en contra de la bicicleta, ¿cuesta seguir adelante?
-No tenemos tantos enemigos. Alguno sí hay, pero alguno, al que le está costando dar marcha atrás, al que le cuesta reconocerlo y que, cuando lo haga, nos disputará su paternidad. Las victorias tienen muchos padres y las derrotas casi ninguno.
Fuente: El Correo de Andalucía