Sucedió en el carril bici (I)
Empezó con el AVE, (Sucedió en el AVE, se llamaba el libro), el lugar como ocasión para la trama. Y luego ha habido continuaciones. En realidad, es un recurso literario clásico, que da para buenas tramas y para buenos títulos. Yo tengo que buscar tramas y títulos para las columnas de cuando el veraneo, que este año es en agosto.
Y agosto viene con cinco sábados, así que tengo que buscarme una idea muy larga, que me dé para cinco columnas. Y he pensado en el carril-bici, que llevó usando ya mucho tiempo, y que da para contar muchas historias.
Empecé con bici propia, un poco por curiosidad, usando una reliquia de mis tiempos mozos. Mejoré después de montura, y montamos la caravana familiar, que hoy la forman cinco miembros en tres vehículos, dos con sillita de niño, otro de niño sin silla. Ocio para fines de semana, y a veces vehículo para plantarnos en lugares poco accesibles de otro modo. Excursiones al parque y al centro, también algo de ejercicio cuando me da por ahí.
Después, la tarjeta de alquiler, y el uso casi diario para ir a sitios y ahorrar tiempo; y para descubrir toda una serie de problemas y detalles que me gustaría contar, porque como todo el carril-bici tiene su miga. Es un microcosmos casi unidimensional que cambia todo el tiempo extendiéndose por los extremos y degradándose por enmedio. En el que pasan cosas y en el que se genera una cultura. De lo uno y de lo otro hablaré estos días. El título, al menos, lo tengo para todo agosto.
Fuente: El Correo de Andalucía/ Miguel Rodríguez-Piñero Royo – Catedrático de Derecho del Trabajo